domingo, 16 de octubre de 2011

Casualidad

Cuando salgo a la calle ya el sol está peleándose los últimos charcos de lluvia,
las hendijas ruinosas de las casas, las calvas de los viejos.
De pronto te veo venir y no puedo dejar de pensar en lo sabrosa que te ves con esa falda negra, ajustada a tus muslos, piadosamente corta.
Y venís hacia mí con aire indiferente, y ya no recuerdo si salí a buscarte o si es casualidad que estés aquí, tan cerca que puedo oler tu champú y detallar el lunar en tu mejilla.
Pasás, todavía sin verme.
Pasás al lado, sonriéndole a ese tipo que en este momento te abraza, mientras vuelve la llovizna. Y te vas alegre, aferrada a su cintura.
Y yo, bajo la lluvia, no puedo dejar de pensar en lo sabroso que habría sido conocerte.

jueves, 6 de octubre de 2011

Náufrago

Dame el mar de tu piel
para consumar mi naufragio.
Para navegar sin timón
sobre la ola agitada
de los mutuos deseos.
Se romperá mi quilla
contra el puerto
escabroso y dulce
de tu espalda.
Me arrastrará la marea
hacia la playa curvada
de tu vientre,
y moriré ahogado
en la humedad de tu cuerpo,
con el sabor de tu sal
desbordando mis labios.

Poeta vivo

Cuando calla un poeta
no es cierto
que todo sea silencio.
Nuevas voces estallan
como frutas maduras
y los grillos afilan
su navaja nocturna.

Cuando cae un poeta
no es cierto
que todo sea abatido.
Una  revolución
se desata en el viento
y debajo el sol
se abre campo la duda.

Cuando muere un poeta
no es cierto
que todo muera un poco.
Reverdece
la tierra que lo absorbe
y en el hueso
la palabra germina.