domingo, 16 de octubre de 2011

Casualidad

Cuando salgo a la calle ya el sol está peleándose los últimos charcos de lluvia,
las hendijas ruinosas de las casas, las calvas de los viejos.
De pronto te veo venir y no puedo dejar de pensar en lo sabrosa que te ves con esa falda negra, ajustada a tus muslos, piadosamente corta.
Y venís hacia mí con aire indiferente, y ya no recuerdo si salí a buscarte o si es casualidad que estés aquí, tan cerca que puedo oler tu champú y detallar el lunar en tu mejilla.
Pasás, todavía sin verme.
Pasás al lado, sonriéndole a ese tipo que en este momento te abraza, mientras vuelve la llovizna. Y te vas alegre, aferrada a su cintura.
Y yo, bajo la lluvia, no puedo dejar de pensar en lo sabroso que habría sido conocerte.

jueves, 6 de octubre de 2011

Náufrago

Dame el mar de tu piel
para consumar mi naufragio.
Para navegar sin timón
sobre la ola agitada
de los mutuos deseos.
Se romperá mi quilla
contra el puerto
escabroso y dulce
de tu espalda.
Me arrastrará la marea
hacia la playa curvada
de tu vientre,
y moriré ahogado
en la humedad de tu cuerpo,
con el sabor de tu sal
desbordando mis labios.

Poeta vivo

Cuando calla un poeta
no es cierto
que todo sea silencio.
Nuevas voces estallan
como frutas maduras
y los grillos afilan
su navaja nocturna.

Cuando cae un poeta
no es cierto
que todo sea abatido.
Una  revolución
se desata en el viento
y debajo el sol
se abre campo la duda.

Cuando muere un poeta
no es cierto
que todo muera un poco.
Reverdece
la tierra que lo absorbe
y en el hueso
la palabra germina.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Migraciones VI

Corto tu caña,
construyo tu casa,
recojo tu basura,
vigilo tu barrio...
pero me decís vagabundo.

Lavo tu ropa,
arreglo tu cama,
preparo tu cena,
crío a tus hijos...
pero me decís mugrienta.

Tenés apellido italiano,
una bisabuela española,
esposa de origen chino,
un tío ilegal en Nueva Jersey...
¡y me decís extranjero!

domingo, 28 de agosto de 2011

Migraciones V

Nica ignorante,
mexicano ladrón,
boliviano narco,
cubana calentona,
argelino mugriento,
libanés terrorista,
negro apestoso,
filipina ramera,
marroquí miserable,
judío usurero,
chino mafioso.
Al lado norte del muro,
en la orilla sur del río,
al otro extremo del charco,
en la tierra prometida,
la identidad se aplasta
con un insulto.

Migraciones IV

Desde la vieja foto
en la pared de la cuartería,
mamá abraza mis tres años
y le sonríe con desgano a mis veinte.
Ya desde entonces
en los ojos le nadaba lo triste.

Migraciones III

La vida atrapada en una red
de paralelos y meridianos
y el corazón partido en cruz
por los hemisferios.
Brújula que gira loca
en este norte que no es el mío.
Babel de rótulos y luces
que marea y extravía.

Migraciones II

Mi palabra rebota
contra la piedra de los rostros
y cae al suelo sin sentido.
Con esta voz de lejanías
soy mudo aunque hable a gritos.
Absurdo tropel de lenguas
que me asfixia el oído.
Soy sordo también,
aunque escuche.

Migraciones I


El coyote, la luna,
la huída, la esperanza,
el desierto, el frío,
el muro, el hambre,
el túnel, la sed,
la asfixia, los orines,
el grito, la luz,
el perro…
el policía.

lunes, 8 de agosto de 2011

La noche

La noche (1897). Henry Fantin-Latour. Museo D’Orsay, París.

Una vez más, no coincidimos.
La noche, con su denso cuchillo
nos parte en dos el sueño
y los deseos.
Solo logramos vencerla
cuando nos sorprende juntos,
con nuestros cuerpos
atados de manos
y lacerados por los besos.
Solo vencemos a la noche
cuando surcamos la madrugada
húmedos de amor
y despertamos brillantes,
como pequeños soles
en nuestro propio universo.

martes, 2 de agosto de 2011

Celebración

  Hoy es día de celebración.
La memoria de mis dedos revivirá la liturgia
de tus cuatro evangelios, de tus diez mandamientos.
Descubriré al dios que me llama desde tu zarza ardiente,
que me señala el camino a la tierra prometida.
Te sitiaré con mi ejército tres días y tres noches,
sonaré mi trompeta para derribar  tus murallas,
empuñaré mi vara y partiré en dos tus aguas.
Y saciarás mi hambre con el maná de tus deseos.
Y caeremos en la tentación, como criaturas de barro.
Aunque no esté libre de pecado
te lanzaré la primera piedra.
Tú me clavarás una duda en el costado.
Yo te negaré tres veces antes de amarte.
Pero ya no importa el paraíso perdido,
porque hoy es día de celebración.
Mis manos hambrientas partirán
el pan bendito de tu cuerpo.
Y tus manos se aferrarán a mi espalda,
cuando nos crucifiquemos
en el abrazo de la pequeña muerte.
Entonces echaremos a la suerte las ropas de la vergüenza,
convertiremos en vino el agua de nuestros cuerpos,
nos salvaremos del fuego, como corderos redimidos,
y nos quitaremos mutuamente los pecados del mundo.
Amén.

lunes, 1 de agosto de 2011

Ave solitaria


En el ojo entreabierto
de la noche
un pájaro extraviado
busca refugio.
No estás.
Donde era el corazón
palpita una estrella solitaria.

viernes, 29 de julio de 2011

Mujer con mar

                                                          Foto: Elvira Gutiérrez Valle
Ella es el mar
atrapado en un cuerpo.
Ella tiene un vaivén de olas
atado a su cadera,
voz de brisas remotas
y piel tatuada de atardeceres.
Ella  tiene ojos profundos
como océanos,
su risa es una fiesta de corales,
su lengua guarda el secreto de la sal
y sus besos son tormenta en mar abierto.
Ella trae dos caracolas en su pecho
y entre sus piernas danza
un sol meridiano que derrite los huesos.
Ella es el mar atrapado en un cuerpo
que todas las noches, como la marea,
crece y se derrama sobre mis arenas.


miércoles, 27 de julio de 2011

Preguntas a la noche

¿Quién surca el cielo aferrado a la cintura de un cometa?
¿Quién cabalga en la noche con rumbo al amanecer?
¿Quién se refugia con la luna bajo las sábanas?
¿Quién penetra en tu pequeña oscuridad y descubre
la belleza infinita del universo?

¿Quién se duerme con una estrella a su lado?
¿Quién despierta mojado por una lluvia de meteoros?
¿Quién susurra buenos días hasta hacer rayar el alba?
¿Quién agradece al sol que nace,
por ser presagio de la noche que viene?

lunes, 25 de julio de 2011

Sigues aquí conmigo


Queda tu olor aferrado a mis dedos
un gesto tuyo en mi retina
tu pecho izquierdo clavado en mi costado
besos sudorosos en las paredes
tus ojos escondidos bajo la almohada
una ceja arqueada sobre mi mesa de noche
cuatro colillas, una tocola
una sonrisa atrapada en el espejo
un después encerrado en la gaveta
tu sombra desnuda caminando hacia el baño.
Cuando crees que estás lejos
sigues aquí conmigo
como un adiós atravesado en la puerta
un mensaje escrito a la carrera
una canción sonando hasta el hartazgo
el teléfono que sacude la madrugada
la voz que dice al otro lado de la línea:
he sido yo, todo este tiempo.

domingo, 24 de julio de 2011

Preguntas hipotéticas

Deja un momento de lado tu costumbre de no contestar preguntas hipotéticas y dime qué habría pasado si ese día nos hubiéramos conocido.

Si yo hubiera llegado a tiempo a tomar ese autobús.

Tal vez habríamos coincidido.

Yo le habría mentido al gordo que pasó primero por el pasillo, –¿está ocupado, señor?- aunque no esperara a nadie.

Vos habrías subido con aire ausente; me habrías tomado por un tecnócrata aburrido que se dormiría a mitad del camino y te habrías sentado a mi lado.

Yo me habría fijado en tu vestido de flores y en tus pies diminutos.

Vos habrías levantado la mano para acomodar tu pelo zanahoria; yo te habría preguntado si te molestaba la ventana abierta, vos lo habrías negado con un gesto, y habrías desabrochado un poco el botón de tu sonrisa.

Los dos nos habríamos dicho un par de cosas más, talvez intrascendentes, y nos habríamos callado con un silencio tramposo el resto del viaje.

Yo te habría esperado al bajar del bus, vos me habrías preguntado
-al borde del adiós- ¿un café?

Yo me habría olvidado de la oficina; vos habrías pospuesto varias horas
tu viaje de regreso y tu novio.

Habríamos hablado de poetas y de música, habríamos elogiado a Silvio y Aznavour, y habríamos quedado en llamarnos. Algún día.

Porque habríamos descubierto que algo... que algo nos temblaba en los ojos.

martes, 19 de julio de 2011

Desheredados


Ese asalto al corazón,
este ataque de nostalgia.
Esa copa de rencor,
esta sed nunca aplacada.
Este llanto verdadero,
esa risa simulada.
Estos versos retorcidos,
esas páginas en blanco.
Esta voz hecha cenizas,
ese grito sofocado.
Ese túnel sin salida,
este fósforo apagado.
Este demente perdido,
esa loca desbocada.
Este falso testamento,
esa herencia malgastada.
Esa historia repetida,
este cuento ya acabado.
Esta es toda mi fortuna,
ese es todo tu legado.

martes, 12 de julio de 2011

Poemas oscuros

 I
Si la noche infidente
no viene a contarme,
no me habría enterado de
que te fuiste hace tiempo.
Me sirve de consuelo saber
que no nos conocimos.

II
Vamos rodando por el caño
con el agua de la lluvia,
los desperdicios, los recuerdos…
Las fotos que nunca nos tomamos,
el título de propiedad
de lo que no fue nuestro.
 
III
Habremos de extrañar la carne
que nos ata a este madero.
La testarudez nocturna de los gallos.
Los pies fríos de los amaneceres.
El cigarrillo abandonado.
Habremos de querernos algún día
… o tal vez no.

miércoles, 6 de julio de 2011

Mariposa de piedra

Todo este tiempo has sido tú.
Todo este tiempo.
Llama que ilumina y quema.
Aguijón agridulce,
espina de besos.
Has sido tú
                 de madrugada,
llamando sin hablar,
renaciendo en mi voz,
omnipresente y lejana.
Has sido tú
            todo este tiempo,
inagotable, inolvidable.
Mariposa de piedra
intangible y concreta.
Todo este tiempo
has sido solo tú,
Con otra cara,
                  con otra voz.
Pero siempre tú.
Transmutada y constante.
Fugaz y eternizada.
Pero única.
                 Tú.
Todo este tiempo.

jueves, 23 de junio de 2011

Poeta invitado (1)

El poeta chileno Manuel Silva Acevedo (1942), es una de las figuras más destacadas de la poesía latinoamericana moderna. Publicado y reconocido en muchos países de América y Europa. De su poemario Lobos y Ovejas, extraje este poema que les presento hoy, y que además pueden escuchar aquí, en la voz del propio poeta.

Si me dieran a optar

Si me dieran a optar
sería lobo
Pero qué puedo hacer si esta pobre pelleja
no relumbra como la noche negra
y estos magros colmillos
no muerden ni desgarran
Si me dieran a optar
sabría acometer como acometa ahora
esta mísera alfalfa, famélica, ovejuna
Si me dieran a optar
los bosques silenciosos serían mi guarida
y mi aullido ominoso haría temblar a los rebaños
Pero qué hacer con mis albos vellones
Cómo transfigurar mi condición ovina




Si me dieran a optar by Francisco Araya

miércoles, 22 de junio de 2011

Desmotivos

Aún no sé quién soy
detrás de este silencio.
O de la absurda palabra
que brota como un hipo.
De esta erupción sin verbo
que no llega a los labios.
Aun no sé quién soy
cuando enmudezco.
Cuando intento decir
y no puedo.
Una página en blanco
cubre entonces mis muertos.