Todo este tiempo has sido tú.
Todo este tiempo.
Llama que ilumina y quema.
Aguijón agridulce,
espina de besos.
Has sido tú
de madrugada,
de madrugada,
llamando sin hablar,
renaciendo en mi voz,
omnipresente y lejana.
Has sido tú
todo este tiempo,
todo este tiempo,
inagotable, inolvidable.
Mariposa de piedra
intangible y concreta.
Todo este tiempo
has sido solo tú,
Con otra cara,
Con otra cara,
con otra voz.
Pero siempre tú.
Transmutada y constante.
Fugaz y eternizada.
Pero única.
Tú.
Tú.
Todo este tiempo.
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